Los precios internacionales de la soya y el maíz registraron importantes subas en el mercado de Chicago (EEUU), impulsados por el reciente acuerdo comercial entre China y Estados Unidos para reducir los aranceles bilaterales.
La noticia se conoció tras una reunión entre representantes de ambos países celebrada en Ginebra, Suiza. Según se informó, el acuerdo tendrá una duración inicial de 90 días y entrará en vigor el próximo jueves 14 de mayo. En ese marco, Estados Unidos aplicará un arancel del 30 %, mientras que China lo hará con una tasa del 10 %.
Impacto en los mercados
En la rueda nocturna de Chicago, los futuros agrícolas operaron con ganancias generalizadas. Según el informe de la corredora fyo, el aceite de soya lideró os aumentos con un alza superior al 4 %, impulsado también por el repunte del petróleo. La soja alcanzó un valor de 390,2 dólares por tonelada, mientras que el maíz cotizó a 174,4 dólares.
Los operadores se anticipan al informe mensual del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que se publicará hoy a las 13 (hora local), y que incluirá las primeras proyecciones de oferta y demanda para la campaña 2025/26.
En el caso del maíz, si bien las subas fueron moderadas, el mercado se mantiene expectante. “Los analistas prevén un importante incremento en la superficie sembrada y en la producción, en línea con el informe de Intención de Siembra publicado a fines de marzo. También se proyecta un aumento del 40 % en los stocks finales respecto a la campaña anterior”, destacó fyo.
Bolivia, sin margen para aprovechar el repunte
Pese al contexto internacional favorable, Bolivia no podrá beneficiarse de la suba en los precios de la soja y el maíz registrada en Chicago. Según fuentes del sector productivo, cerca del 90 % de la cosecha de soya ya fue vendida en el mercado interno a precios más bajos, en gran parte debido a las restricciones impuestas por el Gobierno a la exportación de grano.
Durante gran parte de la campaña agrícola, rigió un veto a la exportación de soya, una medida que el Ejecutivo justificó con el argumento de garantizar el abastecimiento del mercado interno y mantener estables los precios de los alimentos.
Sin embargo, desde los gremios agroindustriales y productores del oriente boliviano se cuestionó fuertemente esta política, argumentando que distorsiona el mercado, reduce los ingresos del sector y frena las posibilidades de aprovechar oportunidades externas como la actual.
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