Santa Cruz se prepara para una campaña de invierno auspiciosa. El exsecretario de Desarrollo Productivo de la Gobernación, Luis Alberto Alpire, proyecta que se cultivarán 1.200.000 hectáreas con soya, girasol, trigo, chía y sorgo, gracias a condiciones climáticas favorables y al avance tecnológico en el campo.
“La humedad del suelo está por encima del 90% en el norte integrado, y entre el 70% y 80% en zonas como Cordillera. Estas condiciones son ideales no solo para sembrar, sino para garantizar una buena cosecha”, explicó Alpire.
Además, la campaña de verano ya registra un 7% de avance con más de 2.300.000 toneladas de soya cosechadas, lo que confirma el buen rendimiento de esta temporada.
PRODUCCIÓN SÍ, PERO SIN MERCADO
Pese al buen panorama agrícola, Alpire alertó sobre un obstáculo clave: la imposibilidad de exportar soya y carne por restricciones impuestas por el Gobierno nacional. “Mientras la naturaleza nos ayuda con lluvias, el Estado nos cierra el mercado. Tenemos buena producción, pero no podemos vender”, afirmó.
El cierre de las exportaciones genera pérdidas millonarias, especialmente en un momento en que la economía del productor está al límite por las deudas acumuladas tras dos campañas agrícolas fallidas.
MILES DE PRODUCTORES AFECTADOS
En Bolivia hay más de 14.000 productores de soya y 75.000 ganaderos que dependen del mercado externo para recuperar sus inversiones y mantener activa la economía rural. La carne bovina, por ejemplo, podría generar hasta 200 millones de dólares en exportaciones este año, según proyecciones del sector ganadero.
Sin embargo, en 2024 las ventas de soya al exterior cayeron drásticamente. “Pasamos de exportar 2.100 millones de dólares a apenas 100 millones. Esa caída es dramática”, recalcó Alpire.
PRODUCIR Y EXPORTAR: LA ÚNICA SALIDA
El exsecretario fue enfático: “La única forma de salir de esta crisis es produciendo y exportando. Sin dólares, el país se ahoga. Con trabas a la exportación, la producción pierde sentido, y eso nos afecta a todos”.
Alpire concluyó haciendo un llamado al Gobierno a escuchar al sector productivo. “La situación es insostenible. Hay buenos rendimientos, pero también una necesidad urgente de vender. Lo que se necesita no son discursos, sino decisiones económicas claras que permitan reactivar el campo y, con ello, la economía del país”.
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