A pesar de las inversiones millonarias que realizó el Gobierno en el área rural, mediante diferentes programas, los resultados no se observan. El investigador y docente de postgrado de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Lucio Tito, detalla que el mundo trabaja en alimentos del futuro y Bolivia tiene una gran oportunidad para desarrollar estos productos por el potencial agroalimentario que tiene.
“Hoy gozamos de potencialidad agroproductiva. De los 103 ecosistemas del planeta, 84 poseemos como Bolivia. Esto fruto de la biotecnología empleada que hoy estamos descuidando y permitiendo su pérdida. Aun así, Bolivia posee más de 40 cultivos ocultos en regiones alejadas que son altamente nutritivos y que desde ahí podrían constituirse como estrategia ante una posible hambruna mundial”, enfatizó el experto.
Desde el nacimiento del país, especialistas expresaban que la potencialidad nacional es la minería y la agricultura, se invirtió más en el primero y se dejó de lado al segundo. En 1940, en Bolivia se implementó el llamado “Plan Bohan” destinado a la integración del oriente, Santa Cruz, con apoyo principalmente de vinculación carretera. Hoy necesitaríamos muchos planes similares para todas las regiones potenciales del país desde la Amazonía, Llanos, Valles, Altiplano y Chaco (macroregiones), pero es casi imposible. “Los últimos tiempos el tema hidrocarburos resaltó y donde se invirtió bastante, lo que nos permitió tener bonanza económica que lamentablemente no se la aprovechó”, así describió Tito de lo que se hizo y se podría haber hecho con los ingresos del gas.
Indicó que en países del mundo trabajan en batidos y embutidos de pescado, mezclados con aceite; en el procesamiento de las malas yerbas o plagas; en el consumo de insectos; en cápsulas de frutas, transgénicos, entre otros.
El investigador detalla las zonas donde se pueden producir alimentos, por ejemplo, señala que en la zona altoandina y valles: papa (Solanum tuberosum), papalisa (Ullucus tuberosum), oca (Oxalis tuberosum), isaño (Tropaleum tuberosum), quinua (Chenopodium quinoa), kañiwa (Chenopodium pallidicaule), tarwi (Lupinus mutabilis), achakana (Tuber edule), maca (Lepidium meyenni), achira (Bulvucastanum bunium), achojcha (Leonia glycicarpa), ají (Capsicum pubescens), ajipa (Helianthus tuberosus), zapallo (Cucúrbita máxima), calabaza (Lagenaria siceraria), frijol (Phaseolus vulgaris) y jat´ataco (Amaranthus blitum).
También en esas zonas se podría producir otro tipo de variedad de la quinua (Chenopodium quinoa Willd.), así como koimi o millmi (Amaranthus caudatus), maíz (Zea mayz), tuna (Opuntía vulgaris), lujma (Cydonia nana), lok´osti (Passiflora maliformis), tomate (Lycopersicum esculentum), pepino (Cucumus sativus), palto (Inga edulis), pacae (Persea gratissima), tumbo (Passiflora laurifolia), wakataya (Capraria peruviana) y kilkiña.
Entretanto en el Chaco,Yungas y Amazonía se podría aprovechar la producción de: jamachipeque (Maranta allouya), maní (Arachis hypogaea), camote (Hipomoea batata), coca (Erythroxylum coca), cacao (Theobroma cacao L.), chirimoya (Anona cherimolia), papaya (Carica candins), piña (Ananassa sativa), racacha (Arracacha sculenta), wayaba (Psydium pomiferum), tomate de árbol (Cyphormandra betacea), walusa (Xanthosoma sagillifolia), yacón (Helianthus acuosus), yuca (Mandioca sp.).
Por otro lado, se cita la variedad de camélidos que se detalla para su aprovechamiento: llama (Lama glama), alpaca (Aucheia pacos), guanaco (Lama guanicoe), vicuña (Vicugna vicugna), chinchilla (Eyromis manigera) y vizcacha (Lagidium sp).
También otra variedad de aves y animales, como: pato (Sardionis carunculada), parihuana (Phoenicopterus andina), wallata (Bernicla melanoptera), suri (Pterochemis sp.), peces ispi (Orestias agassizi), karachi (Orestias neveui), mauri (Trichomycterus rivulatus) y suchi (Trichomycterus dispar). Pero en los últimos años se propuso la explotación del paiche en el norte de Bolivia.
Reitera la necesidad de establecer una política para un verdadero desarrollo rural, que, desde el territorio productivo, se establezca la articulación de todos los actores y trabajar en toda la cadena agroalimentaria y partiendo del consumo per cápita de cada habitante la necesidad de avanzar en el autoabastecimiento con una mirada 2030–2050.
Para ello se debe considerar como línea base a las 871.927 Unidades Productoras Agropecuarias (UPAs) en Bolivia. Productores grandes, medianos y pequeños, las 22.393 comunidades del país, a todos los comercializadores de insumos, equipos y maquinarias; prestadores de servicios; comercializadores, exportadores e importadores, deben ser tomados en cuenta para alimentar no sólo a 11.633.000 habitantes, sino proyectar la producción más allá del mercado interno, agregó.
Tito explica que el crecimiento económico será a través del fortalecimiento y la activación de la transformación productiva, donde territorialmente se debe organizar el fortalecimiento de la producción agropecuaria y forestal a partir de la identificación de la vocación productiva de cada comunidad en las 19 zonas agroproductivas, en base a las potencialidades de cada comunidad y sus UPAs, y fundamental ampliando la infraestructura vial para consolidar la transformación de la estructura productiva de las 19 zonas.
Producción
En Bolivia, en la presente campaña agrícola 2024-2025 se tiene 4.572.582 hectáreas sembradas y se espera generar 21.575.211 toneladas de 74 cultivares de producción en Bolivia. En el tema Ganadero, como la carne y derivados para el consumo familiar, se tiene 27.228.950 cabezas de ganado, así como 262.247.286 pollos, principalmente parrilleros, de acuerdo con el análisis del investigador de la UMSA.
“Sin embargo, debido a la poca acción de transformación (valor agregado, industrialización) de nuestros productos, es decir, su comercialización en su mayor porcentaje es en fresco, directo de las cosechas por la distancia que tienen los campos con las urbes citadinas”, resaltó.
En ese sentido, plantea que se debe trabajar y fortalecer las cadenas de frío, así como la logística en el manejo de alimentos, para garantizar el adecuado manejo de productos y su conservación, evitando pérdidas de productos frescos.
eldiario.net